¡Hola, hola a todos y todas! ¿Cómo lleváis la recta final de curso?
Esta entrada va a estar dedicada a la privacidad que tenemos o no en nuestras vidas; debido al uso de las tecnologías. Para ello os comentaré algunos vídeos relacionados con este tema y creo que os pueden interesar y llamar la atención, al igual que a mi me sucedió.
"Una vida observada es una vida no completamente libre" ( Cindy Cohn, 2015)
Primero comenzaré con la charla que ofrece Marta Peirano, para una convención de TEDxMadrid. El título de esta es el siguiente ¿Por qué me vigilan si no soy nadie?
Comienza la charla comentando los 3 errores que cometemos habitualmente:
1) Infravalorar la cantidad de información que producimos cada día
2) Despreciar el valor de esa información
3) Pensar que nuestro principal problema es una agencia distante y superpoderosa que se llama NSA
Es cierto que la NSA tiene el mayor acceso, los mejores recursos y las mejores herramientas de vigilancia, pero no les hace falta nada de eso para espiarnos; porque nosotros lo tenemos todo ahí, a la vista, ya que vivimos en casas de cristal.
Para entender lo que nos está contando, nos hace un ejemplo de una persona normal en su día a día; llamado Malte. Para así hacernos conscientes de todo lo expuestos que estamos y no nos damos cuenta de ello. Malte, el protagonista pidió a su compañía telefónica sus datos (en total eran 6 meses lo que le dieron, aunque podía llegar hasta el año y medio). Como no podía leer lo que ponía en ese documento se lo mando a una empresa y estos con sus datos que eran de orden público confeccionaron un mapa/diario de su vida (como va al trabajo, donde se para, el tiempo, con quien habla, etc).
El motivo de que esto suceda es por que Malte tiene un teléfono en su bolsillo (como la mayoría de las personas en la actualidad), que cada 5 minutos manda una señal a la antena que más cerca tiene, haciendo así que este vigilado en cualquier punto en el que se encuentre. A Malte en ese periodo de tiempo le vigilaron el 78% de las veces, que se dice fácil, sin que él claro está, tuviera consciencia de ello.
Otro de los aspectos que destacó es que no nos comportamos igual cuando sabemos que nos vigilan, lo mejor, para vigilar a una población es que no sepamos cuando nos están vigilando y cuando no. En este caso solo se centra en los teléfonos móviles, no habla ni de los ordenadores, las cámaras de vigilancia, los radares de las carreteras o de las tarjetas que tenemos en la cartera (DNI, tarjetas de crédito/ débito o la tarjeta del supermercado).
La última característica que más me ha llamado la atención y con relación a la tarjeta de puntos del supermercado, es que hace 20 años la base de datos personal más grande del mundo no la tenia ni la NSA, ni la Stasi; la tenia Walmart (la cadena de supermercado estadounidense). Porque cuando nos hacemos una tarjeta de puntos lo que hacemos es decirle a una empresa todos nuestros datos personales, dejando así al descubierto nuestra privacidad.
La NSA no es la mala de la película en su totalidad, sino que el problema es que la existencia de esa misma información nos hace vulnerables de maneras que no nos hacemos idea. Con esta frase Marta daba más o menos cierre a la charla: "Este estado de vigilancia es una de las peores enfermedades que tiene una democracia".
La siguiente charla está dirigida por Glenn Greenwald, también para TED, con el título de Why privacy matters? (¿por qué importa la privacidad?)
Empieza comentando que los individuos cuando sienten que está solos y nadie le observa hacen una serie de actos que no realizan cuando están observados por vergüenza a lo que piensen de ellos, con la frase de: "Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, solo si nadie me observa"
Este trabajo que ha estado desarrollando ha tenido una duración de 16 meses.
¿Por qué nos importa tanto la privacidad? Esta pregunta surgió en un debate a partir de las revelaciones de Edward Snowden, en el que EE.UU. y sus socios sin el consentimiento de la gente convirtieron Internet en una zona de vigilancia masiva e indiscriminada.
La visión del mundo se divide en dos vertientes, en los tipos de personas, las personas buenas y las malas. Estas últimas son las que planean ataques terroristas o se involucran con la violencia y por ello tienen razones para querer ocultar lo que están haciendo, preocupándose por su privacidad. Por el contrario, las personas buenas, vuelven a casa y cuidan de sus hijos, usan Internet, pero no para planear ataques terroristas, sino para leer las noticias o hacer recetas de cocina; estas personas no hacen nada malo y, por lo tanto no tienen nada que esconder, ni razones para tener miedo de que el gobierno los siga.
En una entrevista con el director de Google; Erich Schmidt, cuando le preguntaron las formas que en que su compañía invadía la privacidad de las personas dijo que "si estas haciendo algo que no quieres que sepan, no lo hagas". Sobre este mensaje hay todo tipo de respuestas esta mentalidad: la primera es que quienes dicen que la privacidad no es tan importante, realmente no lo creen realmente y eso se sabe porque lo que dicen con sus palabras toman todo tipo de medidas para proteger su privacidad con sus actos (ya sea con cerrojos en las puertas o contraseñas en sus cuentas) para así prevenir que otras personas entren en lo que ellos consideran su espacio privado, sabiendo a conciencia qué es lo que no quieren que otras personas sepan sobre ellos.
Él mismo, ordenó a sus empleados que dejaran de hablar con la revista CNET, después de que publicaran un artículo con información privada sobre su vida. La misma contradicción puede verse con el director de Facebook Mark Zuckerberg, quien en el 2010 dijo que la privacidad ya no era una "norma social". Pero el fue junto con su esposa, quienes compraron no solo su casa, sino las cuatro adyacentes por 30 millones de dólares; para así disfrutar de privacidad, dando a entender que la privacidad no es tan importante para la gente de a pie, pero si para su persona.
Como seres humanos que somos, incluso quien en palabras, negamos la importancia de nuestra propia privacidad, entendemos de manera instintiva la importancia de ella y lo que ello conlleva. Es cierto que somos personas sociables, lo cual significa que tenemos la necesidad de tener cerca a otras personas sabiendo que hacen, dicen o piensan, por eso publicamos para mantenernos conectados publicamos nuestros pensamientos en las plataformas sociales.
Hay una razón por la que buscamos la privacidad, y nuestra razón de una forma u otra es que todos nosotros (las buenas y las malas personas) tenemos cosas que esconder.
Esta explotación poderosa de la privacidad se llevó a cabo para llevar a cabo fines pragmáticos. Jeremy Bentham, propuso resolver un problema importante, debido a que las instituciones ya no podían supervisar todo y por lo tanto tampoco a cada uno de sus miembros y la eleccion que ideó fue una arquitectura para establecer en las prisiones, llamado Panóptico. Esta se trata de la construcción de una enorme torre en el centro de la institución penitenciaria, donde cualquiera que controlara pudiera en cualquier momento ver a los prisioneros. Lo crucial para este diseño era que los internos no podían ver el interior de panóptico, por lo que nunca sabían si se les observaba. Haciendo que asumieran que estaban vigilados en todo momento, llegando así la obediencia y cumplimiento.
Para acabar con este autor os dejo una de las citas que han llamado mi atención de Rosa Luxemburg y que considero importante compartiros: "El que no se mueve no nota sus cadenas".
Este trabajo que ha estado desarrollando ha tenido una duración de 16 meses.
¿Por qué nos importa tanto la privacidad? Esta pregunta surgió en un debate a partir de las revelaciones de Edward Snowden, en el que EE.UU. y sus socios sin el consentimiento de la gente convirtieron Internet en una zona de vigilancia masiva e indiscriminada.
La visión del mundo se divide en dos vertientes, en los tipos de personas, las personas buenas y las malas. Estas últimas son las que planean ataques terroristas o se involucran con la violencia y por ello tienen razones para querer ocultar lo que están haciendo, preocupándose por su privacidad. Por el contrario, las personas buenas, vuelven a casa y cuidan de sus hijos, usan Internet, pero no para planear ataques terroristas, sino para leer las noticias o hacer recetas de cocina; estas personas no hacen nada malo y, por lo tanto no tienen nada que esconder, ni razones para tener miedo de que el gobierno los siga.
En una entrevista con el director de Google; Erich Schmidt, cuando le preguntaron las formas que en que su compañía invadía la privacidad de las personas dijo que "si estas haciendo algo que no quieres que sepan, no lo hagas". Sobre este mensaje hay todo tipo de respuestas esta mentalidad: la primera es que quienes dicen que la privacidad no es tan importante, realmente no lo creen realmente y eso se sabe porque lo que dicen con sus palabras toman todo tipo de medidas para proteger su privacidad con sus actos (ya sea con cerrojos en las puertas o contraseñas en sus cuentas) para así prevenir que otras personas entren en lo que ellos consideran su espacio privado, sabiendo a conciencia qué es lo que no quieren que otras personas sepan sobre ellos.
Él mismo, ordenó a sus empleados que dejaran de hablar con la revista CNET, después de que publicaran un artículo con información privada sobre su vida. La misma contradicción puede verse con el director de Facebook Mark Zuckerberg, quien en el 2010 dijo que la privacidad ya no era una "norma social". Pero el fue junto con su esposa, quienes compraron no solo su casa, sino las cuatro adyacentes por 30 millones de dólares; para así disfrutar de privacidad, dando a entender que la privacidad no es tan importante para la gente de a pie, pero si para su persona.
Como seres humanos que somos, incluso quien en palabras, negamos la importancia de nuestra propia privacidad, entendemos de manera instintiva la importancia de ella y lo que ello conlleva. Es cierto que somos personas sociables, lo cual significa que tenemos la necesidad de tener cerca a otras personas sabiendo que hacen, dicen o piensan, por eso publicamos para mantenernos conectados publicamos nuestros pensamientos en las plataformas sociales.
Hay una razón por la que buscamos la privacidad, y nuestra razón de una forma u otra es que todos nosotros (las buenas y las malas personas) tenemos cosas que esconder.
Esta explotación poderosa de la privacidad se llevó a cabo para llevar a cabo fines pragmáticos. Jeremy Bentham, propuso resolver un problema importante, debido a que las instituciones ya no podían supervisar todo y por lo tanto tampoco a cada uno de sus miembros y la eleccion que ideó fue una arquitectura para establecer en las prisiones, llamado Panóptico. Esta se trata de la construcción de una enorme torre en el centro de la institución penitenciaria, donde cualquiera que controlara pudiera en cualquier momento ver a los prisioneros. Lo crucial para este diseño era que los internos no podían ver el interior de panóptico, por lo que nunca sabían si se les observaba. Haciendo que asumieran que estaban vigilados en todo momento, llegando así la obediencia y cumplimiento.
Para acabar con este autor os dejo una de las citas que han llamado mi atención de Rosa Luxemburg y que considero importante compartiros: "El que no se mueve no nota sus cadenas".
Como bien os he dicho arriba, Mark Zuckerberg se sintió incómodo cuando se le pregunto por... Mejor os dejo el vídeo y así descubrís que le preguntaron.
Hasta el momento no había pensado en lo vigilados que nos encontramos debido a las tecnologías y como estas pueden organizar nuestras vidas o incluso dominarlas. Creo que es necesario concienciar a la población sobre sus consecuencias
Para concluir os dejo unas preguntas: ¿Si no eres/somos objeto de investigación, qué te parece que el gobierno monitorice tus llamadas; lea tus correos, vea las fotos adjuntas y observe tus búsquedas de Internet? ¿Os habíais parado a pensar en ello alguna vez?
Espero no haberos aburrido demasiado; muchas gracias por acompañarme una semana más. Hasta la próxima.